martes, noviembre 2



Cuando ante tí se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer,
no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda.
Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día que viniste al mundo,
sin permitir que nada te distraiga; aguarda y aguarda más aún.
Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario