Los sueños solo son reales mientras duran. Cuando despiertas se desvanecen, se olvidan. Puede que lo recuerdes un tiempo, pero termina desapareciendo.
Alguna vez he despertado y no he sido capaz de separar la realidad del mundo que ha creado mi cabeza. A veces incluso me ha pasado despierta, cuando me pierdo en mi mente y me voy a ese espacio mas allá de la realidad. 
Solo tienes que pasear por tu interior, lo que buscas, lo que quieres, está ahí. En realidad es como una pequeña ventana, que brilla en una habitación a oscuras. Es como el viaje a la salvación de un mal día. El viaje no requiere explicación, solo un pasajero.

Algún día se romperán, se harán añicos y desaparecerán. Y con ellos los recuerdos de todas esas personas.
Te han visto sonreír, llorar, saltar, gritar. Te han visto correr de miedo, o reír hasta morir. Te han visto sufrir y te han visto disfrutar.
Han observado todos los besos de amor que regalabas y la picardía que estos llevaban. Han visto como se te va la olla y cundo cometes alguna locura.
Les has pegado puñetazos y patadas, y les has gritado gritando que te odiabas. Te has observado en ellos y les has lanzado un beso provocador al revisar que estabas arreglada.
Los espejos mantienen todos esos recuerdos que nunca serán vistos, pues es solo un cristal. Una pieza frágil, que en un descuido puede caer y destruir aquellos momentos para ti inolvidables, insignificantes para él.