miércoles, marzo 9

Se  sentía sola, triste. Nadie se acercaba a ella por razones mas que obvias, pero ella no tenía la cumpla, no lo había elegido, no había querido nacer así. Iba a cumplir los 16 años y no sabía lo que era un amigo, lo que era compartir un secreto, ni si quiera sabía lo que era un secreto.
Se había pasado toda su puta vida encerrada en una habitación oscura, invisible, alejada de la realidad, mirando, con un cigarro en la mano, la vida por la ventana. Se le antojaba tan hermosa...pero no estaba hecha para alguien como ella: con alma escuálida, fría, cruel, deforme y cualquier adjetivo que naciese de la palabra fealdad.
Pero sabía que so algún día cambiaría, que sería como en el cuento del patito feo: algún día ella se convertiría en cisne. Vestiría trajes de princesa, altos tacones y una amplia y bella sonrisa, igual que las chicas de la calle que alcanzaba a ver por las rendijas de su cárcel. Un príncipe vendría a salvarla, tan solo era cuestión de tiempo, era cuestión de esperar al amor de su vida...de esperar a la vida.

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