lunes, diciembre 20

Dulce Navidad.

Todo lleno de comida sobre la mesa, y todas las personas con una sonrisa de felicidad en la cara. Pues yo, no.

Odio recordar que un año mas ella no esta aquí, odio ver como ellos discuten como todos los días, odio tener que recordar que ella cada día esta mas enferma y como a su vez va perdiendo el dinero.
Odio tener que ver a Raphael, al que ya no soporto y al truco de magia de Alaska vistiendo de blanco a Raphael, al que por cierto es un color que le sienta fatal.
Odio tener que fingir respetar a una persona que no respeta a nada ni nadie y que no hace mas que meterse conmigo por mis ideas, y sonreirle a su mujer, que será muy maja pero que en el fondo no es mas que una arpía, y aguantar como desprecia a su hijo y como mima a la malcriada de su hija.
Odio tener que fingir preocupación por una persona que amenazó con meterme un tiro y odio fingir que aprecio a su mujer que nunca hizo nada por nadie mas que ser una egoísta y así no molestar.
Y por último, y para rematar, odio el maldito frío del invierno.

Acabo de darme cuenta de que 
odio la navidad.

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