viernes, noviembre 12

Un día empecé a amar.

Un día empecé a sentir mariposas en el estomago. Empecé a no poder dejar de sonreir al hablar de él a mis amigos, a no poder moverme al ver sus fotos una y otra vez. Empecé a no poder dejar de llorar cada vez que no me saludaba, como si eso fuese el fin del mundo. Empecé a no poder vivir sin él, a no poder respirar sin él si de un modo u otro, no estaba; a no poder dejar de pensar en él una y otra y otra vez, continuamente.
Comencé a mirarle con otros ojos, a encontrarle perfecto, a quererle para mi sola, a no querer compartirle con nadie mas. Comencé a sentir unos celos tontos e inexplicables. 
De repente, no se porque, un día empecé a amar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario